"Me plantó un beso. Al principio me quedé paralizada
de la sorpresa, pero después de unos segundos se lo devolví. Me cogió de la
cintura y me atrajo hacia él, yo le rodeé el cuello con mis brazos y entrelacé
los dedos con su pelo. Hacía tiempo que soñaba con este momento y, la verdad,
es que estaba siendo mucho mejor de lo que esperaba. Sus labios eran dulces,
suaves y me transmitían una sensación de calidez que me embriagaba. Nuestras
bocas encajaban a la perfección, como en un rompecabezas. Al principio el beso fue tierno, pero poco a
poco se tornó más pasional e intenso, al
igual que nuestras respiraciones, que se hacían cada vez más entrecortadas. Él me
apretaba cada vez más contra su cuerpo y yo sentía como si nos fuéramos a fundir en
uno solo."
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