viernes, 28 de diciembre de 2012

Olvidarle.

La vista empezó a tornarse borrosa y una tímida lágrima asomó por el borde de sus ojos, pero no pudo contenerla y cayó. A partir de ese momento, una marea de diminutas gotas de agua salada abrasaron sus mejillas.
Inspiró hondo e intento relajarse, mantener la calma. Los recuerdos le asaltaban la mente una y otra vez, provocándola un fuerte nudo en la garganta y unas inmensas ganas de llorar. Pero tenía que olvidarle, sacarle de su mente y de su corazón. No valía la pena seguir llorando por él, no se lo merecía, y menos después de haberse portado tan mal con ella. Se enjugó las lágrimas y armándose de valor eliminó todos los recuerdos que tenía de él. Estaba decidida a olvidarle y ese, era el primer paso.

martes, 18 de diciembre de 2012

Una espera eterna

Sólo ha pasado una semana, pero estoy ansiosa por verle, tocarle, besarle. Estos días sin él han sido insufribles. Creía que no aguantaría más sin sus abrazos, sus caricias o sus besos, pero ya está, la agonía ha acabado, dentro de unos minutos saldrá por esa puerta y lo primero que verá será a su chica, esa que tanto le quiere.
El corazón empieza a latirme desbocado cuando las puertas se abren y empieza a salir gente, en sus rostros se refleja el cansancio debido al largo vuelo desde Nueva York, pero a mi ellos me dan igual, yo solo quiero que él aparezca de una vez. Pasan un par de minutos y nadie más sale. Me estoy empezando a preocupar, ¿cómo es que todavía no aparece?
De repente, alguien tapa mis ojos con sus manos y me susurra al oído "Te quiero y te he echado muchísimo de menos". Es él, por fin está aquí conmigo. Doy media vuelta y ahí está, delante de mí, mirándome con esos ojos azul intenso y sonriéndome con la boca torcida, ese gesto que tanto me gusta y que sólo él sabe hacer. Y entonces me pregunto... ¿Cómo es posible querer tanto a alguien?

El amor a veces te destroza.

-Creía que me querías.
Él se quedo callado. ¿Qué se suponía que debía contestar? No podía mentirla, pero tampoco decirle la verdad, eso la destrozaría. No podía decirle que esto no daba para más, que la había cogido cariño pero que en ningún momento había estado enamorado de ella...
-Andrés... por favor... dime algo... - su voz se quebró, estaba intentando contener las lágrimas que amenazaban violentamente con salir de sus ojos.
Silencio.
La miró y, a pesar de sus lágrimas contenidas y de su intención de parecer medianamente fuerte, vio a una chica destrozada. Una chica que antes no hacia más que reír ahora estaba hundida y él se sentía culpable por lo mal que lo estaba pasando.
-Laura, yo... Te juro que lo he intentado pero yo... no puedo, lo siento mucho.
Andrés dio media vuelta y echó a correr. Ni si quiera pensó en volver la cabeza y mirarla una última vez, sabía lo que encontraría y no quería verlo.
Laura, en cambio, le siguió observando hasta que su cuerpo desapareció en la esquina de la calle. Había entendido que él no la quería, que nunca lo había hecho y que la había mentido para no hacerla daño, pero no se dio cuenta de que así sólo había empeorado las cosas. Ella le quería con toda su alma, unos pocos meses habían sido suficientes para que se enamorara de él.
No pudo contenerse más, las lágrimas empezaron a caer rápidas y calientes por sus mejillas, se dejó caer de rodillas y comenzó a sollozar como nunca antes lo había hecho por un chico.