domingo, 21 de abril de 2013

A veces, no le encuentro el sentido.


Aquello que en su momento fue bonito, hermoso. Un amor que pocos conocen y que todos quieren. Esa bonita flor que parece que nunca se marchitará pero que, al final, quieras o no, acaba muriéndose. Pensar en lo que un día tuviste, en lo que sentiste, y llegar a la conclusión de que a veces no merece la pena llegar hasta ese punto con alguien. Porque, ¿de qué sirve, si al final todo acaba igual? Se dejan de lado los sentimientos y empiezan las discusiones, una tras o otra, sin parar, sin tener en cuenta el daño que haces. Y todo esto, todo lo que has vivido con esa persona, ¿Para qué? Para sufrir, llorar y pasar semanas o incluso meses en un pozo del que te cuesta la misma vida salir.

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